1. Deformar el mundo: amoldarlo.
El proyecto.
Por Jose Salas
Deformar el mundo que nos rodea para amoldarlo, en mayor o menor medida, a nuestras aristas. Ésta podría ser una buena declaración de intenciones. Pero tiremos del hilo…
Desde que cayó en mis manos un librito con la transcripción de una conferencia de Kasper König bajo el título “No ocupar un lugar, sino crear un espacio”, esta máxima se ha convertido en el comodín perfecto para explicar la mayor parte de los proyectos en los que me he involucrado.
Es gratificante encontrar palabras escritas que reflejen tus pensamientos de una manera tan concreta y acertada. Y, sin duda, al formar FAST GALLERY, junto a Maria, Norah, Roberto y Alfredo, esta máxima se ha visto completamente reflejada.
El trabajo en equipo desarrollado bajo esta suerte de “colectivo de individualidades”, bien podría definirse con tres (vagos) modismos refraneros: la unión hace la fuerza, querer es poder y el que la sigue la consigue. Una vez más palabras encontradas.
Un grupo de amigos, con diferentes backgrounds pero con similares expectativas: un interés y motivación de hacer cosas, como por ejemplo ver expuesta la obra de gente que admiramos, una labor de búsqueda y captura, con tesón, de espacios y aliados, de maneras de trabajar, y de llevarlo
a cabo. Muchas veces desde la inexperiencia y con bastantes tropezones.
La gente que vivimos en Madrid tenemos siempre el eterno complejo de que el clima de conformismo social, nuestra situación gubernamental, nuestros antecedentes culturales, etc., hacen que nos perdamos muchas cosas o nos impiden hacer muchas otras…
Debe ser eso por lo que, aunque la idea de montar una exposición de arte plástico independiente y autogestionada no es lo más novedoso del mundo, FAST GALLERY gozó desde su apertura de puertas de un intenso clima de novedad y gratitud por parte de la gente. “Menos mal que hay gente como vosotros”, “joder que guay”, “esto es lo que hacía falta en el barrio”. Frases como estas nos han hecho apreciar lo acertado de nuestra opción vital: hacer lo que queremos pasándolo bien.
Todo estaba ahí, todo se ha hecho a sí mismo. Como chispa de partida se tomó la novela Los Niños terribles (Cocteau, 1929), en ella lo liviano y lo profundo se dan la mano y más que ser un recipiente de nuestras ideas ha sido una catapulta. Estos niños juegan en su cuarto creando códigos propios, firmes como juncos que se llevará un golpe de viento. Se divierten o creen sufrir, siempre con intensidad e ingenuidad, se abstraen hasta cotas máximas de lucidez y patalean o acatan según su antojo.
El grupo expositivo (así como el conjunto de actividades) partió de una sinergia particular, de un determinado patio de recreo. Y aunque se pueda trazar algunos garabatos que
unen los temas, técnicas y modus operandi con los que trabajan todos los creadores invitados en esta exposición colectiva, al final las diferencias y el contraste entre las propuestas fue lo que más la ha definido.
La idea y el concepto expositivo siempre han estado ahí, en ellos, simplemente hubo que echar una mirada y encontrar, de nuevo: unir, ensamblar… Tras definir la exposición nos pusimos manos a la obra para buscar el espacio, el auténtico problema para llevar a cabo cualquier iniciativa en esta ciudad. En todo ese tiempo que tardamos en encontrarlo la propuesta fue afinándose, cobrando fuerza.
Tras arduas tareas y varios batacazos apareció el local de la calle Antonio Leyva, cedido, sin condiciones, para nuestro proyecto (y disfrute). Una situación inmejorable que casaba con nuestra idea de descentralización, espacio, mucho espacio, trastienda con nevera y un magnifico escaparate, insignia (cumbre) de la galería. Manos a la obra: limpiar, pintar, limpiar y listo, ya tenemos un nuevo espacio para jugar a las galerías…
Para nosotros era muy importante el factor “lúdico” del proyecto, la experiencia de arte ha de estar al mismo nivel que el resto de disciplinas que consumimos, ni más ni menos: música, clubbing, diseño, etc. Por ello habilitamos el local, no sólo para la exhibición de artes plásticas, también como un “espacio abierto al público y un punto de encuentro” tal como rezaba la misiva. Sin saber muy bien como reaccionarían los vecinos decidimos hacer de nuestra capa un sayo y programar, como el que no quiere la cosa, una fiesta-happening o actuación cada día. Para ello: muebles
encontrados en la puerta, un soundsystem prestado, avituallamientos varios, amigos admirados como selectores de frecuencias, llamadas, e-mails y diversos anzuelos digitales, todo con tal de aglutinar el mayor y mejor número de personas y crear movimiento.
Rizando más el rizo, llegamos a lo efímero dentro de lo efímero. Además de las obras expuestas en el espacio, una suerte de elementos se fueron acumulando a lo largo de los diferentes happenings, transformando el espacio, apartando más, si cabía, el factor aburrimiento.
Contar la experiencia de FAST GALLERY n. 2, Los Niños Terribles, es sencillo para mi, no es más ni menos que seguir con la misma línea que los anteriores proyectos en los que he participado, así que ya me tengo aprendido el rollo para soltar.
2. Cuaderno de bitácora.
Producción y ejecución.
Por Maria F. Espada.
FEBRERO:
Día 3, martes. Nos entregan las llaves del local, vamos a verlo y a medir el espacio. La impresión es muy buena. Hay que pintar, limpiar y acondicionar.
Día 6, viernes. Solicitamos los datos necesarios a los propietarios para dar de alta el servicio eléctrico. Tras varias sesiones de teléfono, la luz está contratada.
En los siguientes días, pedimos a cada artista la información de las obras propuestas para la exposición. Proyectamos el espacio y definimos el montaje. Hay obras que por sus características ocuparán un lugar concreto, el resto se ubicarán a fin de generar un visionado de la exposición dinámico y de contrastes en cuanto a técnica, estética o formato, potenciando así la personalidad y autonomía de cada “niño terrible”. Invitamos a los artistas a conocer el espacio y todos muestran gran motivación.
Día 17, martes. Viene un técnico a poner el contador en marcha. Ya tenemos luz.
Día 21, sábado. Compramos todo lo necesario para pintar y adecentar el local. Desde bien temprano, manos al rodillo. Eduardo hace fotos de este proceso para el diario El Mundo.
Día 22 y 25, domingo y miércoles. Seguimos con las tareas de acondicionamiento. Por fin se abre el cierre del escaparate gracias al aceite lubricante 3en1. Los vecinos no han dejado de preguntar, están al tanto de nuestra actividad.
Día 27, viernes. Al banco a pagar la primera factura de luz.
Día 28, sábado. Compramos huchas e imprimimos el programa de FG que repartiremos en la fiesta de recaudación y promoción de esta noche.
MARZO:
Día 2, lunes. Coordinamos con los artistas el montaje, se les facilita transporte, herramientas y nuestra mano de obra. Alquilamos la Pepefurgo para un día, recogemos en correos la obra de Carlos Monleón que llega desde India, cargamos el mobiliario que hemos definido para la sala de estar, para los Dj´s y el office, y trasladamos la obra de Pablo Pérez Sanmartín.
Día 3, martes. Devolución de Pepefurgo (con hoja de reclamaciones incluida por el nefasto servicio). Contratamos los portes para la obra de gran formato de Pedro Zamora y cargamos también la de Jose Díaz. Por la tarde estamos a tope, montando estamos Jose, Pedro, Pablo y Nano y Belén, que les hemos ido a recoger con la furgo de un amigo a las 20h. Corregimos la iluminación de todas las zonas del local, solo se necesita un punto de luz auxiliar.
Día 4, miércoles. Rubenimichi transportan su obra y la montan; la instalación de Carlos la montamos los
fastgaleristas siguiendo las instrucciones y orientaciones que nos ha facilitado por mail. Nos entrevistan para el diario El País. A las 21h. Miguel Velacoracho viene con sus cuadros y los colgamos.
Día 5, jueves de inauguración. Forramos el escaparate de tela, ponemos las polémicas cartelas con la información de las obras, se instala el equipo de música, se compra para el catering: vino, cerveza, zumos, galletas de choco, frutos secos y fruta fresca. NanoyBelén y Alfredo terminan de montar. Fregona turbo. Son las 19.30 y llegan los primeros visitantes. Todavía huele a pintura en spray. Coordinamos la intervención que hará Alberto Masa al megáfono con un relato para la ocasión.
Durante las dos siguientes semanas mantenemos la instalación, coordinamos las pruebas de sonido y visionado de Sacramento y David Domingo y cumplimos con la presencia del equipo FG para atender al público. Todo va sobre ruedas.
Día 15, domingo. Cierre y cumpleaños de Jose, componente de FG. Antes de nada, Eduardo fotografía todas las obras para nuestro archivo. Preparamos y acondicionamos todo para el evento. Se instala una isla en la zona de estar (donde no hay obra) para que Luisfer elabore los cócteles a la vista de todos, los aperitivos que la familia de Jose ha preparado se montan en el office. Innumerables viajes a los “chinos”. A las 22 h. Pablo nos invita a quemar una de sus obras; extintor y agua cerca, mechero en mano y luces fuera.
Son las 00.00, cerramos FG.
Día 17, martes. Después de la resaca de dos semanas muy intensas hacemos una batida al local, Sacramento recoge sus instrumentos y demás. Nos coordinamos con los artistas para el desmontaje.
Día 23, lunes. Pagamos la 2ª factura de la luz. Contratamos de nuevo los portes para la obra de Pedro, Jose y Pablo. Rubenimichi recogen sus cuadros.
Día 30, lunes. Terminamos de vaciar el local con dos coches, la obra de NanoyBelén, Carlos y Alfredo, todo el mobiliario, equipos de música y demás pertenencias. Echamos el cierre. Hasta la próxima.
Devolvemos las llaves y damos de baja la luz después inagotables llamadas y faxes.
MAYO:
Día 12, martes. Pagamos el último recibo de la luz.
3. La exposición y la obra.
Apreciaciones sobre el espacio y la obra.
Por Alfredo Rodríguez.
FAST GALLERY n. 2, Los Niños Terribles, ha resultado la oportunidad para varios artistas, entre los que me incluyo, de compartir una muestra de su obra en un ambiente distendido y divertido, dentro de una propuesta multidisciplinar que entiende la cultura como una posibilidad real de ocio.
Como artista puedo decir que, muchas veces, se suele concebir un espacio expositivo como un lugar que alberga obras al que acuden espectadores… en muchas ocasiones eso es todo. FAST GALLERY, en esta segunda edición, ha sido más bien un espacio que albergó expectantes grupos de personas que se encontraban rodeados de obras plásticas, en algunos casos más atraídos por los eventos realizados a lo largo de las dos semanas que por las obras en sí, pero he podido comprobar cómo los asistentes se han visto irremediablemente atraídos y han disfrutado con la propuesta expositiva, parte imprescindible y real del entretenimiento general del que se pudo disfrutar en FAST GALLERY. Hemos podido ver cómo las obras se hacen mucho más accesibles al propiciar un entorno distendido, donde el espectador no está abrumado por su mera condición de espectador.
Ha sido hermoso comprobar que en el tumulto de alguno de los eventos realizados muchos asistentes poco a poco se dejaban absorber por una u otra obra y, por unos instantes, se desvinculaban de su actividad social y se concentraban,
abstraídos, consigo mismos, para luego salir del letargo contemplativo y relacionarse otra vez con la gente.
Con ello quiero remarcar lo introducido al principio de esta breve memoria: el ambiente reinante durante esta edición de FAST GALLERY fue de distensión, aspecto imprescindible para la inmersión sin compromisos, sin ataduras, en la obra de arte, un acercamiento discreto, no forzado por una condición de “espacio expositivo”, ya que sin lugar a dudas, las vivencias que se obtienen de una realidad están fuertemente determinadas por las circunstancias ambientales en la que se inscriben tanto el observador como lo observado. En esta edición de FAST GALLERY quedó patente que las obras se hacen mucho más accesibles al propiciar un entorno de estas características.
Por otro lado, la gran variedad de publico que asistió a la muestra, me ha permitido hacer una valoración objetiva del funcionamiento de mis obras, ya que para mí es importante que logren despertar, al menos, un interés desde el misterio, un funcionamiento desde el aspecto meramente plástico de la obra y comprobar si invitan a una reflexión con mayor o menor profundidad sobre el aspecto conceptual que encierran, o si ponen al espectador ante la sombra de la interrogación, la sensación de ser preguntado y de no saber explícitamente por qué.
Al despojar a la propuesta de cualquier carácter comercial, el espacio se ve automáticamente como algo más ligero, en donde solamente existe el contenido que aporta cada artista, sin ninguna otra intencionalidad que la de mostrar los diferentes mundos que giran dentro de él, en forma de obras
y en torno a una idea: Los Niños Terribles. Esa consigna, no solo fue una propuesta que aglutinaba a una serie de artistas, sino además fue un mensaje: los niños terribles fuimos todos.
La propuesta en sí resultó ser una llamada a los asistentes, a los espectadores, fue una propuesta basada en la empatía, fue un juego, “el juego” de Cocteau, que sucedió en un espacio determinado, inscrito en un contexto, con una realidad bien conocida por todos: la ciudad de Madrid…
4. Usos recreativos.
Diversión, actividades y actuaciones.
Por Norah D.
Un buen día, empieza a existir algo donde antes no había nada.
Unas pocas premisas bastan para poner en marcha el invento. Los medios vienen dados por una cierta confluencia de ánimos y disposiciones, y el resto es prestarse a un bonito ejercicio de sugestión/entusiasmo colectivo. Con las horas contadas.
Damos algunos rodeos antes de encontrarle al recinto las hechuras convenientes. Nos acabamos instalando en una especie de desaliño calculado, una cosa a medio vestir o a punto de comenzar a ser algo distinto. Los niños veloces se embalan y dejan su habitáculo sin desembalar del todo, por si las moscas.
A esto se suma la expectación de ver a cuántos otros somos capaces de involucrar en nuestro juego. El procedimiento es simple: llegar, mirar, quedarse, dejarse hacer un poquito. Caer en la trama o salir corriendo. Con el paso de los días vamos reclamando el espacio para nuestro bando, haciéndolo a nosotros y encontrando los resquicios. El suelo al que tanto lustre hemos sacado no resulta familiar hasta que no se llena de pisadas y bailoteo, la tarima central se parece un poco más a nuestra casa después de haber servido de campamento improvisado. Las diversiones programadas traen cada vez un flujo distinto de amigos y curiosos, y cada
tarde los confines del lugar se recomponen en respuesta a lo que hay dentro.
En mimbres como estos caben muchas ocurrencias y colisiones imprevistas. Conductas variopintas y postureo relajado, máximo de libertad para el artificio. Jóvenes airados con ganas de marcha, ganduleo enterado en todas sus vertientes y el contraste amable de la visita de los seres queridos. Las vecinas, los perros, los niños, el trasiego constante y también las horas desiertas. Los instantes decisivos en los que nos quedamos a oscuras y a la luz del proyector, todas las miradas dirigidas hacia un mismo punto, o cuando un texto recitado enciende la llama inaugural, o cuando una esquina se convierte en escenario para una banda de embaucadores con aire sureño. La hora de la merienda siempre nos pilla con las manos llenas y muchas caras conocidas, sean sándwiches de pepino o la tortilla de mamá, y los selectores invitados traen su cuota correspondiente de personajes esquivos, venidos de la otra margen del río. La traca final de estrobo y plakaplaka, luciendo piernas, nos reúne alrededor de la hoguera con una enorme sonrisa.
5. El resultado final.
Respuesta y repercusión.
Por Roberto Salas.
Es imposible conocer a ciencia cierta la repercusión total que ha tenido y tendrá FAST GALLERY n. 2, Los Niños Terribles, en Madrid, en el entorno de la oferta cultural independiente, en el barrio de Marqués de Vadillo o, simplemente, en general. Por ello, como organizadores, no podemos hablar aquí de otra cosa que no sea nuestra experiencia personal para explicar la sensación de satisfacción que tenemos una vez finalizado y “evaluado” el proyecto.
A pesar de que estas líneas pueden parecer autocomplacientes en exceso, yo apuesto por que FAST GALLERY n. 2, Los Niños Terribles ha superado uno de los retos más complicados (y bellos) que una iniciativa de estas características puede asumir: el de crear nuevos puentes de contacto y contagio artístico entre personas creativas, inquietas, de diferentes entornos y disciplinas, y un público variado en procedencia, gustos e intereses.
Estamos muy orgullosos del resultado. Ha sido una experiencia muy enriquecedora, lo hemos pasado muy bien y, sobre todo (lo más importante), nos hemos quedado con unas ganas enormes de repetir, y no solo nosotros; ahora, meses después, muchas personas nos siguen escribiendo preguntándonos por lo siguiente. A esto solo podemos responder que resulta que no es fácil montar algo como esto, pero nadie dijo lo contrario, y con una buena organización y mucho esfuerzo
y amor al arte lo hemos sacado adelante, como sacaremos las próximas iniciativas.
Respecto a Los Niños Terribles, objetivamente, hemos cumplido nuestra tarea como mejor hemos sabido hacerlo. Teníamos una iniciativa y hemos conseguido desarrollar un proyecto cuyo proceso ha sido tal que así: hemos conseguido la participación de varios artistas plásticos emergentes, hemos presentado su obra en un entorno diferente al habitual, y hemos convocado a todo el mundo que hemos podido. No hay más, la repercusión viene dada por la afluencia de público: la gente vino, disfrutó de la exposición y se divirtió en los eventos programados para el espacio.
Venimos de entornos diferentes, cada uno de nosotros trabaja en campos que no tienen nada que ver unos con otros pero que se complementan francamente bien y de cuya interacción hemos obtenido un equipo muy eficiente. Nuestras colaboraciones habían estado hasta el momento relacionadas con el mundo de la noche y, aunque organizar una exposición colectiva no es exactamente lo mismo que dar una fiesta, hemos trabajado con especial interés en crear un ambiente festivo. Esto ha sido, sin duda, una de las cosas que hemos tenido a nuestro favor.
Por otro lado teníamos la suerte de contar con tantos (y tan buenos) artistas que tuvieron la opción de invitar a todo el que quisiera a ver su obra, incluso fuera del horario de apertura, hecho que también benefició al espacio y al proyecto. Si en cierto modo la afluencia de gente debería haber estado asegurada por estos motivos, hemos de decir que no estábamos tan seguros, el local no estaba en lugar céntrico,
ni mucho menos cerca del circuito artístico o de las “zonas alternativas”, así que mediante la propuesta (de los organizadores, artistas y colaboradores), Internet como medio de difusión (nuestro blog, Facebook, Myspace), el boca a boca y las ganas de ver algo nuevo y disfrutar de ello, conseguimos que la gente se desplazara. Algo que yo considero como un éxito más.
El local y el barrio han sido otras piezas clave con las que hemos tenido bastante fortuna. En la calle Antonio Leyva (todo el que vino lo comprobó) sólo hay tiendas de alimentación y bares, también alguna ferretería que nos salvó el pellejo durante el montaje, alguna floristería bien surtida, y varios “chinos”, continuos abastecedores del “vermisage” de la galería que cada tarde se convertía en una suerte de inauguración: otra de las ventajas de montar una galería de “quita y pon” que, al ser efímera, todos los días pueden ser… días de fiesta.
Una de las cosas que más me llamó la atención, ya que teníamos este local con su enorme y maravilloso escaparate, fue el hecho de que tuviéramos ¡una acera tan ancha!, y sin obras. Los del Thyssen saben bien de qué estoy hablando. El caso es que se creó de forma espontánea y casi permanente una exposición exterior, paralela a la de dentro, en la que la gente del bario podía asomarse a la enorme luna, para acto seguido entrar y participar del espacio si querían. Las señoras al volver de la compra, las parejas con niños y varios viandantes con perros, todos residentes en el barrio, entraron, preguntaron y se interesaron por el proyecto. Nosotros, que no partíamos de una motivación concreta en cuanto a la renovación
de la oferta cultural de esta zona, dimos en aportar nuestro granito de arena para la solución de un serio problema existente en todo Madrid, y es que la concentración de espacios artísticos o galerías, no favorece nada ni a nadie, excepto a los especuladores, mientras que la dispersión del arte emergente beneficia a todos.
Despertamos también el interés de algunos medios impresos y otros de Internet, que dieron su visión del proyecto. Éstos reflejaron varios aspectos de FAST GALLERY, como su carácter itinerante y efímero, el planteamiento independiente o la predisposición y ganas con las que se cuenta en cada evento. Es gratificante encontrar un apoyo y una respuesta tan sólidos por parte de la prensa, ayuda a crear movimiento y, lo más importante, a promocionar la obra de los artistas.
Por último quiero aprovechar este pequeño texto para agradecerle en nombre de todo el comité de FAST GALLERY su colaboración y su interés a todo el mundo. Queremos dar las gracias a todos los que participaron y a los que asistieron, pero también a todos los que no pudieron asistir, a los que estaban lejos de Madrid y a todos los que de una forma u otra han colaborado con nosotros para conseguir que la repercusión y el aplauso de nuestra primera exposición colectiva se pueda resumir, como hago aquí y ahora, con tan buen sabor de boca.
Gracias.