Banderas de una noche de verano




Abanderado de una nueva manera de experimentar el arte basada en la improvisación, la participación, la movilidad y lo efímero, el colectivo FAST GALLERY se ha propuesto detectar, fecundar y después liberar rincones inéditos disponibles para la ocupación artística en las ciudades de esta parte del mundo. La inquieta y colorida evolución del grupo es la de un colibrí imprevisible entre los pesadísimos dinosaurios institucionales cuyos bostezos alimentan la oferta cultural hegemónica.


"No sólo los centros públicos, incluso las iniciativas privadas han ido perdiendo todo contenido de sorpresa”, dicen las bocas del policéfalo comité de FAST GALLERY al valorar la vinculación de su quinto proyecto con el ciclo “Picnic Sessions”, con el cual el Centro de Arte Dos de Mayo (CA2M) tendió su mano a los colectivos creativos independientes el pasado verano, abriendo a sus propuestas la azotea de este edificio público en el centro de Móstoles.


Después de encerrar una exposición en una caja, de ocupar y revolucionar una vivienda privada en una tarde y de montar un cine de verano en un ático del barrio de Vallecas, los de FAST GALLERY convertían su tarde de picnic en una marcha de “Banderas, estandartes y gallardetes” con el formato de una exposición colectiva, callejera y portátil seguida de concentración y baile en el museo mostoleño de nombre revolucionario.


Roberto, María, Jose, Norah y Alfredo cuentan que el empeño original de esta acción fue el de realizar una convocatoria popular de efecto aglutinador; a partir de ahí, el reclamo de las banderas no tardó en emerger de una de sus chispeantes reuniones de planificación. Bajo el lema “diseña tu propia bandera”, se lanzó una fase preparatoria online centralizada en un blog al que se fueron incorporando ideas visuales para movilizar al público y, de paso, ilustrarlo sobre la elaboración casera de banderines, escudos, armaduras y pendones.


En un tiempo en el que la única plataforma validada para la expresión de la propia individualidad parece ser el saturado caladero de las redes sociales, FAST GALLERY las ha empleado para planificar con semanas de antelación una propuesta completamente artesanal y hasta castiza, amplificándola y, como ya es habitual en el grupo, documentándola minuciosamente.


Llegada la veraniega tarde de autos, los participantes pudieron disfrutar de una manifestación sin otro objetivo que la celebración de la propia identidad, organizada en la periferia de una ciudad habitualmente tomada como escenario del más rancio happening político. Hilo y aguja, pintura e inyección láser, plástico y madera, lienzo y tela, tinta y pasamanería, ropa vieja y hasta palos de fregona devolvieron la expresividad personal a su realización más material, primitiva e instantánea para propagar símbolos y lemas de toda índole.


La marcha de los abanderados transcurrió sin más incidencias que los típicos tropiezos del júbilo colectivo, completando un itinerario con partida en la recoleta plaza del Pradillo y llegada en la azotea del CA2M. Desfilaron participantes anónimos llegados desde la vecindad y desde la provincia, con causas universales o intransferibles, junto a artistas y agitadores con nombres como Iñaki Chávarri, Darío Peña, Rubenimichi, Bernardo Sopelana, Cristina Llanos, Alberto Masa, José Díaz, Ignacio Jiménez Bas, Javier Fresneda, Bubi Canal, Nada, Elena Alonso, Rocío Cañero, Theo Firmo, Christian Fernández Mirón, Claudio Jiménez, Sofía Piqueras, Pedro Zamora y un largo etcétera.


Izadas y reunidas para montar una cabaña india dispuesta en lo más alto de las gradas del auditorio descubierto, las insignias de los abanderados presidieron la celebración y coronaron el CA2M como testigos de esta peculiar afirmación del presente en cuyo transcurso se llegó a mantear un espantajo como guiño explícito a la iconografía de las verbenas populares.


El imaginativo aperitivo servido por Espada y Monleón sirvió para calmar el ardor guerrero de los circunstantes e iniciar el saludable intercambio de consignas, coordenadas y fluidos corporales de los abanderados. Y la arqueología musical de los Hermanos Pizarro, servida en viejos discos de pizarra, deparó un guateque repleto de sorpresas, con un pie en el sorprendente pasado y el otro en el espacio exterior, casi accesible a través de la benigna y placentera noche de verano.


¿Y qué iconos protagonizaron esta fiesta de banderas? ¿Barras y estrellas sobre la rugosa superficie de la luna? ¿Rojo y gualda sobre el islote de Perejil? ¿La Copa del Mundo ganada pocas horas antes por la selección nacional de fútbol? No: más bien el privilegio de ser depositario de un determinado nombre propio, la afición por el crochet o cualquier otro rasgo de identidad sin cauces habituales de reivindicación. El resultado fue un desfile sin ídolos y sin otra causa común que el elemental disfrute de la creatividad.


“Nuestro objetivo no es sólo la exploración de nuevos espacios y formatos, sino también la diversión, así que nos inspira el componente absurdo de acciones muy sencillas que al ejecutarse ofrecen resultados imprevisibles”, remata el comité de FAST GALLERY al rememorar el quinto episodio de su díscola trayectoria.


Su propósito no es otro que disparar certeramente sobre la solemne bóveda del arte contemporáneo para realizar respiraderos de emergencia, devolviendo así un hálito de genuina creatividad a un salón irremediablemente aburguesado. Se trata de recuperar el carácter altruista y plural de toda forma de creación, de reivindicar con humor y nocturnidad la indispensable vinculación de la cultura con la diversión. Se trata, a fin de cuentas, de volver a ondear la bandera del placer. Todos juntos.


Emilio Calzada






Photo by María Serrano.